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TEXTO I. PERFECTA DISTRACCIÓN.
Xavier Rivas, 1998

Parece ser que vivimos en la sociedad del ocio, pero no del ocio como descanso, sino del "ocio activo"...

Así comienza este texto de Xavier Rivas donde plantea una reflexión sobre el paso del tiempo de ocio en un espacio libre o residual de la ciudad por una parte de la población frente al ocio organizado de parques temáticos y actividades de aventura.

El por qué la gente convierte estos espacios residuales en el centro de sus actividades de ocio dominical puede responder a la necesidad que viene experimentando de una vuelta al campo, de pasear y comer al aire libre. A veces estos espacios residuales son los únicos espacios libres que se encuentran próximos a los barrios donde viven y donde pueden dejar el asfalto aunque lo tengan a pocos metros.

En general los barrios de la periferia siempre han estado más en relación con el campo y cuando la ciudad se ha extendido y el asfalto ha cubierto esas parcelas han visto alterado su entorno, y con ello también algunos aspectos de su vida. Un ejemplo de esto lo encontramos en el texto al referirse a la hoguera de la verbena de San Juan, que tiene que cambiar de localización ante las restricciones que impone la ciudad al haber absorvido los terrenos donde antes se celebraba.

Esa apropiación de los espacios residuales de la periferia como espacios de libertad ha ido evolucionando y hoy día está muy presente en el tema de los huertos urbanos. Muchos de estos huertos han surgido en lo que eran espacios residuales de la periferia y han sido ocupados por huertos ligados al ocio, más que a la producción. Aunque este fenómenos viene produciéndose desde principios de los años noventa en Sevilla, aún sigue siendo un tema desconocido, en cuanto a que la imagen que se tiene de estos espacios tiende a ser igualmente desoladora que la que plantea Xavier Rivas en su texto y en sus fotografías, espacios residuales que rozan la marginalidad. A pesar de ello estos huertos se están planteando como espacios de relación y como una alternativa al ocio y al asfalto, encontrándose alguno de ellos no ya en la periferia sino en pleno centro de la ciudad, como es el caso del Huerto del Rey Moro en Sevilla.